la columna de sor- egui del 6 de junio de 2011

LA COLUMNA DE SOR EGUI.
POR: JUAN SOREGUI VARGAS.
LA TEORIA Y LA PRAXIS.
Uno de los grandes problemas que tiene el hombre (varón y mujer) es cumplir lo que predica. En todas las actividades el varón o mujer promete y promete, a veces, sabiendo que no es cierto o no va a poder cumplir con su semejante.
Esto se ha vuelto una costumbre en los politicos apoyados por gran parte de los  llamados hombres de prensa, que  no hacen periodismo sino publicidad.
En una ocasión llegó del sur un señor de edad, suegro de una amiga. El veterano venía como mediador entre su bella nuera y el hijo, que era un Casanova. Después de muchas charlas de conciliación se llegó a un acuerdo, se propuso vivir en paz y con cariño.
La nuera entusiasmada invito al suegro de manera personal a comer un cebiche, según la propaganda de su dueño y de la radio, uno de los mejores del medio, bien preparado, sano y otras cosas, etc.
El suegro que había venido del sur del Perú (donde abundan platos de comida de este tipo) , medio que comía y no comía, torcía su boca en cada tragada del cebiche y de la leche de tigre. Tuvieron que retirarse de manera rápida, porque el padre putativo de mi amiga, se retorcía de dolor y se puso amarillo.
La dama en cuestión cogió al veterano, lo embarcó en un motocarro y lo llevó a emergencia del hospital, donde el médico le diagnosticó principio de infección por ingestión de comida mal hecha. ¿Qué comió preguntó el galeno? Un cebiche con leche de tigre en el "churi de oro" . Umm dijo el profesional de la medicina. Ese sitio ya está maleado. Son varios los que llegaron con ese síntoma.
Es que la propaganda que hace el dueño o la dueña y la radio nos anima, dijo mi amiga. Al día siguiente, antes que el cu-cu del reloj de las ocho de la mañana, se acercó un emisario de la cebichería a cobrar la cuenta que por apuro no pagó mi amiga. Fuera de aquí sinvergüenza, casi matan a mi suegro y todavía se atreven a cobrar, expresó la nuera..
La señora no recibe señales de su ex suegro ( ahora es no era , no nuera), desde esa vez,  porque ese día el galán de la película embarcó a su padre a su tierra natal y al día siguiente aprovechando la tragedia pidió el divorcio.
Una promesa publicitaria que destruyó un hogar. Y, de paso querían cobrar a mi amiga por un mal cebiche. Yo le dije págale, tienes harta plata. No es eso, Juan, lo que molesta es que no cumplen lo que gritan a voz en cuello, me cntestó.
Hace 40 años, mi compadre Manuel, invitó a todo el vecindario de la cuadra once del Arica, a presenciar su matrimonio religioso en una de las iglesias del lugar.
La futura esposa ya había tenido dos experiencias frustrantes con dos ex maridos. Le habían prometido el oro y al moro (no a moro somos). Para su desgracia conoció en un velorio a mi compadre que con cara de ángel de la guarda le enamoró y le prometió hacerla feliz. No se como la convenció y por fin la llevo al altar del sacrificio.
Mi compadre juro ante el Cristo crucificado que iba a cambiar de actitudes, que le iba a proteger, que le iba a ser fiel hasta que la muerte los separe., que le iba a comprar su casita, que le iba a comprar su moto, que nunca le iba a faltar nada, y que dejaría de ser mujeriego. 
Le dijo al cura que le hiciere jurar ante la biblia, se quiso cortar su vena para que su sangre sea la muestra mas elocuente que su promesa la iba a cumplir.
Para que, durante seis meses mi compadre era una hojita. Nada de nada. Hasta que la esposa se puso buchisapita, y el hombre  volvió a las andadas. Nunca cumplió una promesa. No le daba para la comida, a la pobre mujer le hacía trabajar, incluso para que le mantenga a él (tenemos que ser inclusivos le palabreaba a la infortunada)  vivían en un cuartucho, no le compró su moto, ni siquiera su bicicleta,  el hombre llegaba borracho, y la mujer tuvo que soportar cinco años de martirio. 
Promesas  no cumplidas, maldecía mi comadre. ¿Hasta cuándo voy a aprender? Un día vino el galán y encontró su boltijo en la puerta de su cuartucho. El susodicho, lloró y lloró, trajo al cura con la biblia, le prometió otra vez de nuevo una gobernabilidad concertada, nada de repechaje dijo mi comadre. Fuera de aquí. El susodicho quiso jurar de nuevo ante la biblia, y, ni el mismo cura le creyó.
Hoy, mi comadre no quiere saber nada con estos mentirosos y vive criando a sus hijos, con la profesión de modista que aprendió en aquellas horas aciagas.  El hombre se acerca ya no con esa biblia chiquita que regalan en la calle, sino que ha comprado un tremendo ejemplar y trata de hacer el repechaje con mi comadre.
Nada, estás fuera de carrera por mentiroso, por no saber cumplir tu promesa y todavía jurando ante Dios y el Cristo crucificado, contesta ella.
Las dos historias, no  vayan a hacerse realidad en estos momentos en que el Perú cambia de presidente. Esperamos que el comandante presidente cumpla lo prometido. Especialmente en lo que respecta a la corrupción. Que el 1 de Agosto disponga que vengan acá a investigar a todos los presentes.
Eso es el mensaje emblemático de su programa, porque lo demás no va a cambiar, todo está dicho, tenemos que respetar los contratos, hay que impulsar la minería y las petroleras, negociar la energía con Brasil y etc, y no salir del contexto de la economía global del libre mercado.
No son mis palabras, son las de Félix Jimenez, presidente del plan de gobierno del comandante, de Burneo, de Diez Canseco, etc. Y que dirán los aymaras de Puno que se oponen a actividades mineras cuando el comandante y su gente dicen que si va a haber minería y petroleras-
Vaya problema de teoría y praxis, que ojala se resuelva ya, ya. De lo contrario vamos a estar como el suegro y la nuera del primer relato y mi compadre de la segunda anécdota. A cumplir con lo prometido.

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