LA ISHANGA

El desarrollo sostenible es  una indispensable  obligación y  derecho que poseemos todos los que vivimos y trabajamos  en esta parte de la Amazonía peruana. No es privilegio de los votados para autoridades del gobierno regional ni de las administraciones locales sin programas bien planificados. No es tampoco el botín de los seguidores de los partidos y movimientos políticos. Es necesario que este tradicional y colonialista modo de pensar y actuar de las personas que llegan a ser autoridades y a ocupar cargos directivos para administrar los recursos sociales, económicos y ambientales de nuestra Región Loreto, cambie.

Que  abran las ventanas y las puertas de las gestiones para dar paso a personas independientes y de otros grupos contrarios a los que ganaron para tener un espacio  de democracia y no de demopoder.
En varias décadas no se ha hecho lo que se recomienda para una buena gestión: escuchar a los independientes y opositores no fanáticos, capaces, con méritos,  quienes saben mucho más que la mayoría de los cuadros de profesionales y técnicos que ponen de favor  los gobernantes de turno.

Michael Potter, economista norteamericano, profesor de la Escuela de negocios de una de las mejores universidades del mundo, HARVARD,  asesor de presidentes y otros gobernantes, especialista en gestión y administración de empresas y director del instituto para la estrategia y la competitividad, Ph. D. en Economía empresarial, reconocido mundialmente por sus trabajos para el desarrollo sostenible, ha remarcado,  el año próximo pasado, la actitud del presidente Obama : “eso es lo que deben hacer los gobernantes para solucionar las crisis (se refiere a la más grande del siglo de la economía norteamericana y mundial) nuestro presidente ha sabido  escuchar a los independientes, a los profesionales y técnicos de distintos movimientos, incluso a sus rivales políticos”. 

Y, eso, la capacidad de escuchar de Obama ha permitido tomar una serie de decisiones que encaminan a los Estados Unidos de Norteamérica a salir de la crisis. Se reunió con amigos y rivales, con la prensa  y allí están los resultados positivos. Es que este hombre, de origen africano, ha sabido crecer y no quedar como un niño.
Por eso es necesario que nuestros gobernantes, especialmente en esta nueva etapa en que han sido elegidos y reelegidos, tienen que recordar que nuestras diferencias y discrepancias deben unirnos; edificar una familia amazónica solida que camine hacia adelante con paso firme para cumplir metas y objetivos para beneficiar a la mayoría de los pobladores. 

Saber escuchar no ha sucedido en estas últimas décadas y lo que hemos presenciado con vergüenza es la pelea entre autoridades nacionales,  regionales y locales, muy parecido a lo que ocurría entre los niños y adolescentes de numerosas familias. 

Recuerdo, cuando éramos niños, nuestra madre tenía varias plantas herbáceas de ishangas en la huerta, de diferentes colores que señalaban el poder de sus urticarias. 

No solo eran para paliar ciertas enfermedades sino para corregir actitudes de conducta.  Cuando alguien de nosotros mentía o no cumplía su promesa, la madre enviaba al mentiroso a coger su ishanga y con un pase leve por los labios le indicaba que es malo mentir; unos que tenían la mala costumbre de buscar debajo del colchón de la madre para robar los pequeños ahorros,  eran  azotados con un tipo de ishanga en las manos, y, cuando peleábamos entre hermanos nos refregaba con una ishanga poderosa en nuestras tiernas nalgas. 

Para completar la curación, la abuela o la mamá nos daba una pócima preparada con verbena, que nos calmaba no solo la rabia sino la tos. Esta terapia era el complemento del discurso sobre valores que nos brindaban en la familia.  

En estos últimos días hemos leído, escuchado y visto en un programa de televisión como autoridades del más alto nivel pelean en público, como las vedettes de la farándula limeña. 

Una de ellas con una voz de soprano dice en la televisión: esa persona está chalado. La aludida contesta: ese inquilino de tal avenida está descorazonado, es viajero y no ha hecho nada. 

Qué vergüenza, por Dios; dijo un amigo que toma leche de soya transgénica  al ver estas escenas; sentado en mi mecedora, expresó:
¡Ay, don Juan, tápame la cara, parecen pollerudas (como decía mi abuelita),  estoy recontra ruborizada, me quiero morir del bochorno, cómo es posible que  estos dos machos  loretanos estén peleando de esa manera y en público!
¡Ay, don Juan,  qué dirán los gringos, los españoles, los chinos, los japoneses, los brasileros, los holandeses, los turcos, los rusos, cuando vean esto? ¿Preguntarán así somos  todos los loretanos? Yo puedo pelear por un gran amor, pero no en público! concluyó mi visita con lágrimas en los ojos. 
Y, como niños y adolescentes empiezan a pelear, demostrando que no han crecido ni física ni sicológicamente. Se desafían en público, como aquellos colegiales de antaño que decían: te espero a la salida, en la arenita o en el boulevard; un poco más  y estas autoridades, en quien aún confiamos, porque sabemos que todavía son inteligentes y pro activos,  sacan sus pañuelos y amarrando un nudo se  pelean a pañuelazos.
Creo que estos señores merecen  una ishangueada al estilo tradicional en sus nalgas peladas (supongo que son peladas, no he tenido el honor de verlas)  y un pate lleno de verbena. 
Si la ishangueada no sirve para que crezcan, entonces deberían ir a Holanda o Argentina  para  reunirse en un ambiente  privado (no confundir con locales de ambiente)  y discutir sus diferencias y reconciliar como hacen los amantes, con un buen vaso de vino y cumplir con la prédica de Jesucristo: amarse unos a otros, eternamente. 

Luego al estilo de los rusos sellar la  reconciliación con un ósculo fraterno, teniendo como silenciosos testigos a los de la sociedad civil loretana y colocando una planta de ishanga (no colocar la biblia porque eso hemos visto durante años que no funciona y perjuran contra las sagradas escirituras) en el tálamo del juramento para nunca más pelear y trabajar en forma coordinada por Loreto. 

Eso sí, no acostumbrarse a estar peleando para luego reconciliar en forma privada y darse el beso ruso, porque eso crea malos hábitos y  tiene otro cuento. 

Ya es tiempo de escuchar al otro, aunque discrepe de uno, algo de verdad tendrá y servirá para corregir errores y continuar con el proyecto de desarrollo sostenible concertado con la población.
Es una vergüenza que dos o más  autoridades  loretanas estén peleando de esa manera, con esto cada día van perdiendo credibilidad como políticos y como personas desarrolladas y van mostrando el señor Jykell que llevan dentro y confirman lo que dicen sus rivales (no de amores sino políticos) “qué mal que eligieron los loretanos”.

Estas peleas han ocurrido desde hace años, diputados y congresistas que son elegidos por tal o cual partido o movimiento boicotean muchas veces proyectos regionales o locales por que fulano de tal no es del mismo equipo, es del otro equipo dicen, y los fregados somos nosotros que elegimos a estos niños peleoneros.
Se van con el chisme hasta el mismo presidente de la República o el ministro de tal o cual cartera y como acusetas indisponen al gobernante regional o local. Y, adiós proyecto de obra o de educación o de salud, etc
La ishanga,  tiene la intención de ser la voz de los ciudadanos que aún no estamos adormecidos para que se escuche en la mente y conciencia de nuestras autoridades  para mejorar sus actividades y de la mayoría del pueblo en general que parece pepeado, amodorrado. Pretendemos ser una voz que asesore gratis. 
Queremos que sea la voz de ciudadanos preocupados porque nuestra descendencia herede una región social, económica y ambientalmente sana.

Estuvimos tratando de hacerlo en otros diarios y semanarios de gran popularidad y, creo que como vamos a ver en la película que relatamos en páginas interiores, la pequeña ishangueda con nuestras notas está dando pequeños resultados, aunque sea para reflexionar. 

Pero, no solo es para el caso de las autoridades que son elegidas como gobernantes regionales y locales sino para aquellas que han sido seleccionadas como congresistas para ishanguearles cuando no cumplan con sus promesas, para los vecinos cochinos, para los invasores, para ciertos abogados y periodistas tunantes, para esas ong que nos alarman con el fin del mundo, para aquellos profesionales que nos quieren sorprender vendiendo  puentes y proyectos irrealizables, fuera de nuestra realidad, sin un estudio bien hecho, sin participación ciudadana, sin consulta, sino, también,  mostrar las ideas y  cosas buenas y bonitas que tenemos en Loreto, para imitar el ejemplo. 

No pierdan el tiempo en esas peleas vergonzantes ni en proyectos irreales, ni en promesas que no van a cumplir;  reconcilien con amor;  dejen su ego por un lado y por  única vez piensen en los miles de niños y madres que viven en la pobreza y miseria total, por única vez piensen en la herencia moral que dejarán a sus hijos cuando se enteren que el sueldo que ganaban no servía para vivir con  tanta lujuria,  sino que  el dinero era y es de los  pobres, de  los niños y mujeres desvalidas, de los excluidos, ellos se lo agradecerán.
En este mes de la madre de todas las madres, en este mes de la Virgen María prometan de verdad que ya no van a pelear y hagan el juramento en   presencia física de sus viejitas, si está viva, o  sino pidan a la que está en el cielo les oriente mejor para beneficio de todos los loretanos. 

Estoy seguro que si persisten en esta pelea vergonzante, sus viejitas van a bajar del cielo y con una ishanga cultivada por San Pedro  les va a ishanguear hasta que no se puedan sentar. A ella, estoy seguro que no le dirán nada, no van a rabiarse con ella (sería el colmo) conmigo posiblemente sí.

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