MI ABUELA Y LA SIEMBRA DE LAS PLANTAS

Mi abuelita materna, se casó con un filabotón( ciudadano de Lamas), y juntos bajaron a Contamana, donde, además de hacer hijos, criaban vacas, sembraban grandes arrozales, platanales y se dedicaban a otras actividades agropecuarias, en su fundo de una de las restingas cercanas. La dama trajo de Lamas una serie de costumbres que aplicaba a la siembra de sus plantas. Una de ellas, era la de azotar, en noche de luna llena, a sus machques de plátanos con sus pantalonetas (calzones), medio pachuyashca(percudido y sucio) y, un tanto "olorosaos" por el sudor impregnado en varios días. Cada vez que azotaba a una planta le hablaba y le decía que crezca sana y buena, que le dé muchos frutos, que no se deje comer por los gusanos, etc. y, esto le daba resultado, porque, después del tiempo previsto, cosechaba abundantes y grandes racimos. Con otras plantas utilizaba el mismo método y, dice, que nunca le fallaba. Aunque, esto que les cuento parece folclórico y ridículo, tiene su base científica. Hace dos años, leí un informe en una revista científica que mediante equipos electrónicos se demostraba que ciertas plantas se comunicaban con las personas que les hablaban y, de acuerdo a la vibración, ellas respondían floreciendo y dando buenos frutos. El otro dato científico, es que la ferhormona que tienen varones y mujeres, atraen a ciertos tipos de plantas o animales e intervienen en su comunicación y en su desarrollo. Es posible que los calzones de mi abuelita, hayan tenido harta hormona de este tipo y, por eso, funcionaba el asunto. En la actualidad, no creo que las mujeres del campo realicen esta acción, muchas de ellas usan hilo dental y no como mi abuela que tenía sus pantalonetas amarrada en su cintura con doble vuelta y cuchi nudo. Si ella viviese, yo la propondría para directora de promoción de cultivos agrícolas de nuestra famosa región productiva, y estoy seguro que tendríamos grandes cosechas y los prestamos se devolverían en el más breve plazo.

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